Las dietas se han convertido en un estilo de vida para muchas personas que ansían bajar de peso y con ello mejorar su salud. Sin advertir todos los peligros que acarrean estas prácticas alimenticias y lo perjudicial que pueden ser para nuestra salud física y emocional.
Durante años las dietas han sido el remedio médico que proponen nutricionistas de todo el mundo, profesionales del entrenamiento físico y gurús del cuerpo para que las personas bajen de peso.
Incentivados por la gordofobia y construcciones sociales normativas que establecen una jerarquía de cuerpos, nos hacen creer que las dietas son el remedio mágico que te harán reducir algunas tallas, mejorar tu salud y sentirte bien contigo mismo.
Pero, nada más lejos de la realidad, porque las dietas no sirven para nada, en serio, para nada.
¿Por qué las dietas no sirven?
No sirven, no funcionan, no son la vía adecuada para bajar de peso ni mejorar tu salud.
Esto lo podemos afirmar por múltiples razones, pero a continuación te mostraré dos de los motivos que lo refuerzan.
¿Qué nos dice la ciencia?
Científicos y reconocidos nutriólogos como Raquel Lobatón, quienes tras muchos años de recomendar a sus pacientes prácticas tradicionales como la fórmula de calorías ingeridas/calorías quemadas, están conscientes de la inutilidad de las dietas, pues se percataron que los resultados no eran los esperados.
Aunque los pacientes siguieran uno a uno los pasos diseñados para conseguir sus objetivos de peso, teniendo en cuenta tanto la dieta como el ejercicio, la mayoría no llegaban a la meta.
Y quienes llegaban, luego de un tiempo, regresaban decepcionados porque habían vuelto a ganar peso e incluso más de lo que tenían anteriormente.
Estos no son hechos aislados, pues las estadísticas confirman que el 95% de las personas que hacen dieta vuelven a recuperar el peso perdido.
Todo ello ocurre porque existen muchos factores que influyen en el peso que no siempre podemos controlar. La genética o las influencias sociales y ambientales son solo algunas de los elementos que también determinan nuestro estado de salud y están fuera de nuestro control.
Por otro lado, Lobatón explica que todos los cuerpos tenemos un ‘set point’ o peso memoria. Sí, como en los videojuegos.
Un peso en el que nuestro cuerpo se siente cómodo y por ello volverá a este casi siempre, ya sea por genética o por sus propias necesidades.
De esta forma, la dieta se convierte en un espejismo que no solo es inútil, sino que, además, puede ser una ventana a la aparición de trastornos alimenticios.
La cultura de las dietas
Estos son los hechos científicos que demuestran la inutilidad de las dietas. Sin embargo, existen otras cuestiones establecidas socialmente que impulsan un movimiento muy peligroso llamado la cultura de las dietas.
Existe toda una industria compuesta por numerosos agentes que van desde el influencer fitness que sigues en Instagram, hasta las dietas de moda extremas y pastillas para adelgazar.
Todos fomentan la jerarquía de cuerpos, la gordofobia y la delgadez obligatoria haciéndote creer que es la única forma de tener belleza y salud.
‘Conocimientos’ basados en creencias tradicionales que seguimos perpetuando como realidades, pero que poco a poco comienzan a deconstruirse, gracias a movimientos como el Body Positive o el Body Neutrality.
Lo que nos lleva a la parte positiva de nuestro artículo.
¿Cuáles son las alternativas de la dieta?
Lo primero es analizar cuáles son las razones por las que quieres hacer una dieta. Ya sabes que se trata de un método inútil para perder peso. Entonces, ¿de qué te serviría?
Ya te lo digo yo, de nada.
Luego te propongo reflexionar sobre la relación que tienes con tu cuerpo.
¿Por qué quieres realmente bajar de peso? ¿Influye en tu decisión la presión social o los estándares de belleza que tienes preconcebidos?
A continuación, nuestros consejos.
- Descubre el Body Positive, el Body Neutrality o perspectivas de salud mucho más realista como la HAES o ‘Salud en todas las tallas’.
Comprobarás que el peso no está directamente relacionado con tu estado de salud y tampoco es un criterio viable para establecer un diagnóstico médico. Te percatarás que existen numerosas formas de reconectar con tu cuerpo para olvidarte de sus medidas y aceptarlo.
Entre otras verdades con las que conseguirás alejar estos pensamientos negativos u obsesivos relacionados con tu peso.
- Acércate a profesionales que apuestan por la nutrición incluyente y se alejan de tratamientos como la dieta que realmente son nocivos para tu salud.
Te ayudarán a ver tu realidad con otros ojos y te darán consejos realistas para mejorar tu bienestar tanto físico como emocional.
- Incorpora hábitos de salud positivos: alimentación saludable (no dieta), ejercicio que te divierta (no con el objetivo de bajar de peso), descanso apropiado y gestión óptima del estrés.
Como ves, las dietas no sirven para nada. Te hacen perder el tiempo, te decepcionan y pueden ser la causante de afecciones muy perjudiciales para tu salud como los trastornos alimenticios.